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lunes, 10 de septiembre de 2012

COMBATIR EL ESTRÉS

Cuando ya el contar hasta diez no basta, cuando pierdes el control por la más mínima cosa, cuando el trabajo te esta agobiando más de lo debido, cuando te despiertas y sigues cansad@...

“Halla el tiempo de leer. Halla el tiempo de ser amigo. Halla el tiempo de trabajar. Es la fuente de la sabiduría. Es el camino de la felicidad. Es el precio del éxito. Halla el tiempo de practicar la caridad. Es la llave del paraíso”. Madre Teresa de Calcuta

El estrés puede producirse por muchas razones. Puede ser desencadenado por un accidente traumático, una muerte, o una situación de emergencia. El estrés también puede ser un efecto secundario de una enfermedad grave o puede estar relacionado con la vida diaria, el lugar del trabajo, y las responsabilidades familiares.
Algunos de los síntomas comunes son:
- Dificultad para dormir
- Dolores de cabeza
- Constipación
- Diarrea
- Irritabilidad
- Falta de energía
- Falta de concentración
- Comer de más o no comer
- Ira
- Tristeza
- Hinchazón estomacal
- Problemas de la piel, tales como la urticaria
- Depresión o Ansiedad
- Aumento o pérdida de peso
- Problemas cardíacos
- Hipertensión arterial
- Síndrome de colon irritable
- Dolor de cuello o espalda
- Disminución del deseo sexual
- Dificultad para quedar embarazada

¿Cómo puedo a manejar mi estrés?

No permitas que el estrés te enferme. Presta atención a tu cuerpo para saber cuándo el estrés está afectado tu salud. A continuación hay algunas estrategias para manejar mejor el estrés:

  • Relájate. Aflojarse es importante. Cada persona tiene su forma de relajarse. Algunas de estas formas son la respiración profunda, el yoga, la meditación y los masajes terapéuticos. Si no puedes hacer estas cosas, tómate unos minutos para sentarte, escuchar música relajante, o leer un libro. Al menos tómate 30 min. al día.
  • Reserva tiempo para tí mism@. Cuidarte a tí mism@ es importante. Para no sentirte culpable, ¡considéralo una orden de tu médico! No importa cuán ocupad@ estés.
  • Duerme.  Si duermes lo suficiente, puedes encarar mejor sus problemas y disminuir el riesgo de enfermarse. Trata de dormir entre siete y nueve horas todas las noches.
  • Aliméntate correctamente. Trata de obtener energía mediante el consumo de frutas, verduras y proteínas. La manteca de maní, el pollo o la ensalada de atún son buenas fuentes de proteínas. Consume cereales integrales, tales como el pan y las galletas de trigo. No te dejes engañar por el golpe de energía que siente al consumir cafeína o azúcar, esa energía se acabará rápidamente.
  • Muévete. Créase o no, la actividad física no sólo ayuda a aliviar la tensión muscular, ¡sino que también mejora el estado de ánimo! Antes y después de la actividad física, el organismo produce ciertos químicos llamados endorfinas, que alivian el estrés y mejoran tu estado de ánimo.
  • Habla con amigos.  Los amigos escuchan bien. Hace muy bien encontrar a alguien que te deje hablar libremente acerca de tus problemas y sentimientos sin juzgarte. También ayuda escuchar un punto de vista diferente. Los amigos te recordarán que no estás sola.
  • Obtén ayuda profesional si la necesitas. Hable con un terapeuta. Un terapeuta puede ayudarla a manejar el estrés y a encontrar mejores maneras de enfrentar los problemas. La terapia también puede ayudar con trastornos más graves relacionados con el estrés.
  • Anote lo que piensa.  Mantener un diario puede ser una muy buena forma de desahogarse y manejar los problemas.
  • Ten un pasatiempo. Encuentra algo que disfrutas hacer. Asegúrate de tomarte el tiempo para explorar tus aficiones.
  • Pónte límites. En lo referente a cosas como el trabajo y la familia, determina cuánto puede hacer en realidad.
  • Planifica su tiempo. Piensa por adelantado cómo utilizarás tu tiempo. Escribe una lista de cosas que hacer. Decida cuáles son las más importantes.
  • No manejes el estrés en formas que no son sanas. Entre estas se encuentran beber demasiado alcohol, usar drogas, fumar o comer de más. Discutir con todo el mundo, arremeter contra miembros de la familia sin razón, etc.
  • Respirar hondo Intente hacerlo un par de veces por día:

  1. Recuéstate o siéntate en una silla.
  2. Cuenta lentamente hasta cuatro e inhala por la nariz. Siente cómo se eleva tu estómago. Mantén la respiración por un segundo.
  3. Cuenta lentamente hasta cuatro mientras exhalas por la boca.
  4. Repítelo entre cinco y diez veces.



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